martes, 18 de mayo de 2010

Noche

Ya hace algún tiempo que no les escribo.

Luego los compenzo, lo prometo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Festividades

Valla, he faltado a mis obligaciones con ustedes. La última ves que escribí era mediados de abril y ya son principios de mayo.

Seré breve pues ya casi amanece y el sol y yo no somos buenos amigos.

Ocurre que en esta ciudad tuvo lugar la Feria de las Artes justo la semana pasada. Es una semana llena de bullicio, cosa que odio, pero también de buena música y de mala música, de teatro callejero y teatro tradicional, de pinturas y fotografias. Me sentía como en casa. Todo esto, junto con los espectaculos callejeros de las estatuas vivientes y alguna que otra tonteria, me deleitaba como sólo el que halla ido puede saber.
Supongo que de eso nada les interesa. Les contaré lo que quieren saber. Una semana antes de eso conseguí algo de dinero y ropa decente (hasta mi siguiente visita les contaré como, pero no se preocupen que no robo). Por las calles me pasee entre la gente como su igual. Lo único que me distinguía de los demas es que era el único que se paseaba en solitario. Por menos de dos horas me mezclé solo entre la gente, viendo las fotografías y escuchando la música. Pero despues dos muchachas se me acercaron. Creyeron que no alcancé a escuchar cuando la más pequeña le dijo a la segunda "está guapo, vamos a hablarle". La más grande se acercó a mi y me preguntó que opinaba de la pintura que estaba en exposición. Le dije "no se, dime tu" y comenzó a hablarme sobre la pintura. No creo necesario decir que era un pretexto para conocerme. No tardó en preguntarme si iba solo a lo que le respondí que sí. "¿Por qué? andate con nosotras para hacer bola", asentí. Me iban platicando del evento y de la ciudad mientras caminabamos por las transitadas calles. Me sorprendí al ver que la vieja casona de la anciana es ahora un puesto de tacos muy adornado y que la bruja Chila ya no vive.
La ciudad ha cambiado mucho. De hecho, antes de conocer a estas chicas, intenté meterme en uno de los tuneles de la ciudad, pero ya estaba tapado. Platiqué con las dos jovenes de lo que pude evitando preguntas incomodas como ¿en qué trabajas?. Nada me hubiera costado mentir, pero prefería evadir el tema y contar la verdad despues.
Despues de rato me dijeron que ya tenian que retirarse, pero que si las podia acompañar a su casa para no irse solas, pues les daba miedo ser asaltadas. Lo menos que pude hacer fue acompañarlas a su casa. Llegando me invitaron a pasar un momento y ahi vi sus verdaderas intenciones. Que raro que cuando joven no me halla pasado nunca eso. Le dije a Cecilia (la menor) "¿Quieres ver un truco?" y me dijo que si. Tomé a Iliana (la mayor) del cuello, la acerqué a mi y la besé. Le dije a Cecilia "mira" y mis ojos cambiaron a rojo. Se asustó mucho y me preguntó como lo habia hecho. "La edad, chiquilla. La edad" le contesté. Liliana estaba sentada, con el pecho agitado y la cabeza hacia atras. "Quiero", susurraba pidiendo otro beso. Cuando beso, tengo la facultad de quitar un poco de sangre de los capilares que hay en la boca así que conseguí una linda cena. Cecilia me pidio lo mismo. Y lo mismo pasó. Al parecer sus planes de llegar a algo más que un beso se vieron opacados ante el cansancio que presentaban.
Mi cena duró poco. Despues de un rato me invitaron a quedarme a dormir, pero tuve que declinar. Quedarme con ellas era firmar mi muerte. Fui hacia la calle y me la pasé toda la noche caminando, hasta que de nuevo fue hora de dormir.